El Papa Juan Pablo II será recordado por su enorme liderazgo
dentro de la Iglesia Católica y su gran influencia en la política mundial. Uno
de los hechos más destacados de su papado fue que se convirtió en el primer
papa no italiano en siglos.
Su nombre secular era Karol Wojtyla, y nació en Polonia en
la primera mitad del siglo pasado. Como fiel católico polaco fue un gran devoto
de la Virgen María, en su advocación de la Virgen Negra de Czestochowa.
La imagen en cuestión es una pintura sobre madera que
representa a la Virgen María señalando hacia el niño Jesús, mientras lo carga
con el brazo izquierdo, como indicando que haca él debe dirigirse toda adoración,
entre tanto, Jesús ladea un poco la cabeza hacia la derecha del espectador mientras hace un
gesto de bendición. La Virgen viste un manto verde y
está cubierto con flores de oro.
Lo más destacable es
el color oscuro de la piel de ambas personas, y el contraste de éste con la
escasa pigmentación de la raza eslava. Los polacos y demás pueblos eslavos son
caucásicos muy blancos y es notable la apertura mental que demuestran al
venerar una Virgen y un niño Jesús de rostros oscuros.
Esta advocación es
venerada por prácticamente todos los católicos polacos, teniendo también muchos
devotos en Ucrania y en el mundo entero.
Entre la tradición y la leyenda
Según las antiguas tradiciones, fue San Lucas quien pintó la
imagen de la Virgen María, valiéndose para ello de la superficie de una mesa de
madera. Los cristianos la habrían llevado hasta Polonia, a través de Constantinopla.
Sin embargo, esta jerarquía de la imagen no la ha puesto
siempre a salvo de ataques de hostiles invasores. Un soldado husita atacó la
imagen a sablazos; para su asombro la imagen empezó a sangrar profusamente;
cuando se disponía el agresor a continuar su atentado, cayó fulminado y terminó
muriendo dramáticamente entre estertores.
Más tarde un incendio consumió la iglesia donde estaba
alojada la imagen, como si quisiera proteger al templo y a los fieles, la
imagen absorbió el fuego, que dejó de dañar e resto del inmueble, dañando
severamente la pintura.
Los ataques, el incendio y el paso del tiempo dañaron tanto
a imagen que se decidió restaurarla. No obstante, los productos empleados en la
restauración resultaron inadecuados para el trabajo, corroyendo la imagen de la
Virgen al punto de disolverla.
Fue necesario repintarla por completo. Ante el asombro de la
feligresía, aparecieron en el rostro de la Virgen Negra las marcas del sable
del husita. En diferentes ocasiones se ha intentado eliminar las cicatrices,
pero siempre resurgen de manera sobrenatural.
Los hechos comprobados
El rey Jan Kazimierz |
Es oportuno recordar que la Iglesia Católica no avala oficialmente
las tradiciones religiosas populares sino tras una rigurosa investigación. Más
allá de la leyenda, los hechos comprobados por los investigadores son desconcertantes.
Lo cierto es que, efectivamente, la imagen ha sido plasmada sobre madera, y su primera
elaboración se estima alrededor del siglo XIII, y es posible que haya sido
restaurada a fines del siglo XIV. Los invasores husitas en efecto, dañaron el
icono en 1430. Debido a ello ha sido imposible datar científicamente la hechura
de la imagen original.
Si bien posteriores restauradores
del siglo XV decidieron rehacer por completo la imagen, conservaron la madera
sobre la que estaba la Virgen original, ya que es considerada una reliquia
sagrada, la cubierta de una mesa de la casa de la sagrada familia, usada por el
apóstol Lucas para pintar a Jesús y su madre.
Los profusos ornamentos de la imagen hacen pensar a los
críticos de arte que el icono fue decorado por un artista de Occidente, probablemente
un discípulo de Andrea Vanni, artista italiano de la escuela de Siena.
En el siglo XVII la ambición expansionista Suecia la empujó
a lanzarse a la guerra contra Polonia. La leyenda atribuye a la Virgen Negra de
Czestochowa que, para salvar el monasterio de Jasna Góra, hizo caer un diluvio
prodigioso. Este hecho cambió el curso de la guerra. Llenos de gratitud, el rey
polaco Jan II Kazimierz Vasa, coronó a la Virgen Negra como Reina y Protectora
de Polonia en 1656.
Lo que no ha sido posible esclarecer satisfactoriamente es
el detalle de las cicatrices. No son dos como enseña la tradición, sino al
menos tres arañazos los que muestra el
rostro sagrado en la mejilla derecha: dos verticales y paralelos entre sí, y
uno más que surcan la mejilla horizontalmente, tocando las dos primeras marcas.
Además de esos arañazos, la imagen presenta seis más en el cuello.
Para la grey la cuestión no tiene demasiado misterio: los
rasguños son una muestra palpable de que la Virgen comparte los sufrimientos
del pueblo, y demuestra con esos daños el dolor que siente ante las penurias y
miserias de la humanidad.
De Océano a Océano
Vladivostok |
No sólo católicos, sino también los ortodoxos rusos muestran
gran respeto y veneración hacia esta imagen. Por ello fue posible que en el 14
de junio de 2012, una réplica de la imagen sagrada partiera en una muy peculiar
peregrinación internacional llamada “De Océano a Océano”. Salió de Vladivostok,
en la parte oriental más lejana de Rusia, y desde allí recorrió miles de
kilómetros por lo que antes fue la Unión Soviética, llegó al occidente de
Europa y finalizó el largo recorrido en Fátima, Portugal. La causa de los organizadores
y participantes fue la defensa de la civilización de la vida.