Cuando internet empezó a ser una herramienta de uso público,
poca gente podía costearse este lujo impensable. Sólo unas cuantas empresas e
instituciones educativas, además de los organismos militares y de gobierno,
podía costearse el equipo adecuado para navegar por la red mundial. Igualmente,
los costos del hardware y del software solían ser prohibitivos.
Paulatinamente, al irse masificando el uso de internet, los
costos fueron siendo más accesible, y las casas comerciales hicieron que los
equipos fuesen pagables en parcialidades, con lo que más y más gente se ha ido
sumando al cibermundo.
Desafortunadamente, para muchas personas internet sigue
siendo un recurso oneroso, y aún es mucha la gente que carece de conexión
casera. Acceder a la red de redes se ha convertido en una fuente de egresos que
no todo mundo puede proporcionarse.
Sin embrago, al notar la creciente accesibilidad de la red
mundial, numerosas empresas y muchos hombres de negocios, han decidido
promocionar sus actividades y productos a través de internet. Los clásicos
anuncios han hecho su aparición, para decepción de millones de usuarios que
francamente estaban hartos de la excesiva publicidad que satura a la televisión
y a la radio..
Por ello es que algunos de los cibernautas optan por navegar
por sitios sin publicidad, aunque para ellos deban pagar una membresía. Y es
aquí donde surgen las grandes oportunidades para que los usuarios podamos usar
internet sin gastar dinero.
La reacción de los empresarios más hábiles en manejar la
web ha sido bastante inteligente. Estas
personas han desarrollado, contratado o utilizado los servicios de novedosas
páginas que están dispuestas a compartir sus ingresos por publicidad con sus
usuarios. Así es, las millonadas que se embolsaban las televisoras por
quitarnos el tiempo con anuncios insulsos y carentes de interés, serán ahora
compartidas por emprendedores emergentes y su público ávido de novedades.
Hoy día ya no tiene sentido mirar anuncios de televisión,
escuchar comerciales por radio, ni leer publicidad en diarios y revistas. Si
las empresas quieren que veamos sus anuncios, que paguen por ello, no sólo al
medio que las difunde, sino al potencial consumidor.
No gastes dinero en adquirir computadoras y mantener una
conexión a internet. Invierte en tu equipo, y haz que hardware y navegación se
paguen solos obteniendo ingresos por toda clase de actividades en línea.
Hay páginas que pagan a sus usuarios por mirar anuncios. Las
empresas que se anuncian por esos sitios suelen ofrecer reembolsos al público
por comprar su despensa a través de la página web de la empresa. Hay lugares
donde el usuario obtiene dinero a cambio de aprovechar ofertas comerciales. De
manera que la forma más inteligente de comprar es aprovechar las oportunidades
escondidas en diversos sitios de internet.
No faltan los sitios que te pagan por escuchar música. Oír
la radio, apostar, jugar a la ruleta, a la lotería, son otras formas en que los
usuarios de sangre fría e intelecto privilegiado pueden obtener jugosas
ganancias, y lo mejor es que lo pueden hacer sin invertir ni un centavo.
Debido a esta situación que hace apenas unos lustros era
impensable, hoy podemos:
Ganar dinero respondiendo encuestas.
Ganar dinero publicando en las redes sociales.
Ganar dinero escuchando música.
Obtener empleo como freelance y ganar ingresos por trabajar
a distancia escribiendo artículos, desarrollando aplicaciones, haciendo
traducciones y transcripciones, etc.
Crear vídeos y subirlos a Youtube.
Obtener patrocinadores para tu página de internet.
Vender tus fotografías.
Crear un blog para vender tus productos y servicios.
Obtener financiamiento través de plataformas de donaciones.
Vender toda clase de tutoriales, libros, e-books, manuales,
composiciones, etc., de tu autoría.
Y prácticamente cualquier cosa que se te ocurra es posible
monetizarla y hacerla redituable a través de los múltiples sitios de internet.